Cómo construir un Branding que venda: más allá del logo y los colores.

El branding no es “tener un logo bonito”. Tampoco es un color que combine con todo. Es lo que tu cliente piensa cuando ve tu marca y, más importante, lo que siente cuando interactúa con ella. Es como el tomate en una buena receta: está en todo, pero nunca pasa desapercibido.

En este post, te contamos cómo transformar tu branding en algo funcional y memorable que haga que tus clientes digan: “Esto es justo lo que necesito.”

1. Tu marca es más que su apariencia:

¿Qué dice tu marca cuando nadie la está viendo? El branding no termina en tu logo o tus redes; incluye cada experiencia que tu cliente tiene con vos.

Ejemplo práctico: Revisá tu proceso de compra. ¿Es simple? ¿Refleja lo que prometés como marca? Si tu branding es “innovador” pero tus emails parecen de los ’90, tenés un problema.

2. Arquetipos de marca: Dale personalidad a tu negocio:

Las marcas fuertes tienen personalidad, como un tomate Roma firme o un cherry explosivo.

Ejemplo: Si tu marca es protectora y confiable, usá el arquetipo del “cuidador” (ideal para servicios de salud o educación). Esto guía todo: desde cómo hablás hasta cómo diseñás tu web.

3. La importancia de ser consistente:

Si tu mensaje cambia de canal en canal, tu cliente se confunde.

Tip: Usá siempre el mismo tono en tus correos, redes y sitio web. Si tu marca es “fresca,” ¿por qué tus mensajes suenan como un manual de ensamblaje?

El branding funcional no es solo estética; es estrategia. Si querés una marca que conecte, venda y crezca, en Un Tomate te ayudamos a diseñar una experiencia jugosa de principio a fin.

Escribinos para más jugo!


Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *